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9 junio, 2020

El ser humano, como casi cualquier ser vivo del planeta, basa su conocimiento en aquellos estímulos que recibe a través de los sentidos, y que luego su cerebro es capaz de identificar y explicar. Aprendemos a leer a través de la vista, a hablar y a escuchar por el oído, entendemos todo lo que ocurre a nuestro alrededor y somos capaces de actuar en consecuencia por los propios estímulos que nos están llegando. Sin embargo, fiarnos al cien por cien de nuestros sentidos puede ser también algo peligroso, porque no son perfectos. Ya no estamos hablando de tener una vista mejor o peor, sino de cómo a veces nuestros sentidos se confunden por nuestro propio cerebro, que no capta bien las señales o que simplemente, las confunde.

Podemos conseguir engañar a nuestro cerebro a través de diferentes fórmulas y trucos, y básicamente eso es lo que se hace con las ilusiones ópticas. Utilizadas desde hace mucho tiempo como trucos de mago o prestidigitador, en los últimos años han tenido una nueva forma de vida como memes de internet, enviándose a través de páginas y grupos para lograr confundir a la persona que las veía. ¿De qué color es el vestido? ¿Cuántos cuadrados cuentas en la imagen? ¿Qué figura es más grande? Este tipo de ilusiones juegan muchas veces con la perspectiva de nuestros sentidos, especialmente con la vista, y su estudio es tremendamente interesante porque nos desvela la facilidad con la que podemos engañar al supuestamente infalible ojo humano, echando por tierra incluso esa afirmación de “yo solo me creo lo que veo”.

Qué son las ilusiones ópticas

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Las ilusiones ópticas son trucos visuales a través de los cuales se engaña al sistema visual, desde el ojo al cerebro, mostrando la realidad distorsionada para confundir a la persona que la está viendo. Estas ilusiones ópticas pueden ser imágenes fija, fotografías, dibujos o también espectáculos en vivo, como los trucos de magia que muchas veces utilizan este factor para ser realizados.

 

Tipos de ilusiones ópticas

Encontramos numerosos tipos de ilusiones ópticas en nuestro entorno, y cada una de ellas tiene una forma especial de ser percibida. Por ejemplo, las ilusiones ópticas físicas tienen que ver con fenómenos naturales ajenos a nosotros, producidos simplemente por el clima, por ejemplo, y distorsionan la realidad a través de la percepción del ojo humano. Dos buenos ejemplos son la cercanía de las montañas en climas más templados y las líneas onduladas que la velocidad produce cuando un objeto está llegando a gran velocidad hacia un observador que se mantiene quieto en el mismo sitio, como ocurre en las carreras de coches, por ejemplo. Este tipo de ilusiones son comunes a la gran mayoría de seres humanos y no tienen nada que ver con  nuestra propia percepción particular.

También encontramos las ilusiones cognitivas, que sí que tienen que ver con la interacción de nuestra visión y nuestro cerebro interpretando esos estímulos que le llegan. Se dan por una especie de interferencia cognitiva, un cambio que se produce a la hora de interpretar una imagen determinada. Se pueden clasificar en ilusiones ambiguas, como el jarrón que se convierte en dos caras enfrentadas, ilusiones distorsionantes, que juegan con los tamaños a través de las perspectivas, ilusiones de paradoja, que se dan cuando hay ángulos imposibles como en la escalera de Penrose, y también ilusiones ficticias, que en un caso extremo se pueden considerar alucinaciones, al ver objetos o figuras que en realidad no existen, por una malinterpretación de nuestro cerebro.

Dentro de todas estas ilusiones podemos encontrar también diferentes categorías según la forma en la que se hayan creado. Tenemos, por ejemplo, los espejismos, que se generan a través de un complejo cúmulo de herramientas que nos hacen percibir cosas que en realidad no existen, ya sea por una deficiente visión o simplemente por una mala interpretación del cerebro. También tenemos las ilusiones de cuadrícula, muy habituales para ofrecernos diferentes perspectivas interesantes de un mismo fenómeno. El holograma y el estereograma no tratan de confundir realmente al ojo humano, pero sí buscan representar una imagen en tres dimensiones en un plano de solo dos, con el efecto complejo que eso requiere.

 

Cómo se crean estas ilusiones

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Hay muchas ilusiones ópticas y visuales que ya vienen desde hace siglos, cuando los primeros físicos comenzaron a estudiar este fenómeno de interferencia cognitiva y crearon diferentes fórmulas para explicarlo de manera que cualquiera pudiera entenderlo a través de su propia experiencia. La escalera de Penrose es uno de los efectos más conocidos, una escalera imposible en un ángulo cíclico. Hoy en día, con la física más avanzada, se pueden crear ilusiones óptimas adaptadas a lo que realmente queremos que la persona vea en nuestro dibujo. Y esto sucede porque actualmente tenemos mucho más conocimiento sobre cómo funciona nuestro sistema visual, y somos capaces de engañar al cerebro más fácilmente.

Las ilusiones ópticas se crean, en la mayoría de ocasiones, por una malinterpretación de nuestro cerebro de los estímulos que está recibiendo a través de la visión. Esto se puede dar por situaciones externas o internas. Las externas son las que se crean de forma natural, o las que son creadas por el propio ser humano para confundir al cerebro. Las internas tienen que ver con problemas de identificación, migrañas, enfermedades mentales o trastornos puntuales, que nos hacen no poder discernir correctamente lo que es real y lo que no en lo que tenemos delante.